Juán Pablo II se disintinguió no sólo por ser el líder de la iglesia católica o por ser el primer Papa no italiano en sabe cuantos años; su signo distintivo fue su apertura y su carisma para atraer a multitudes al rededor del mundo. Venido de Polonia habiendo sufrido el flagelo de la segunda guerra mundial al igual que el posterior gobierno comunista, le dio al Papa Polaco una sensibilidad y una apertura a distintas naciones católicas, cristianas y no católicas o cristinas de las cuales carece su sucesor Benedicto XVI. Joseph Ratzinger mientras fue cardenal, fue conocido como uno de los miembros de la curia más conservadores y de línea dura. Cuando se convirtió en Papa, no ha muchos le sorprendió lo que nos lleva a meditar si verdaderamente la elección del sumo pontífice es inspirada por el espíritu santo o por el espíritu mundano y banal de los hombres. Se decía que era una buena opción, ya que su radicalismo se adaptaba para hacer frente a un mundo cada día más liberal al cual los valores le quedan viniendo guangos.
Quizas los católicos clamaban por una diligencia más sólida que los regresara a la tradición básica de la religión pero: ¿un Papa insensible?
Hay un dicho por ahi que reza: nunca hables de política, futbol o religión porque nunca podrá haber un acuerdo; quizas no un acuerdo pero sí un respeto.
Resulta que el Papa está de visita en Estados Unidos y entre sus planes está una reunión con la comunidad judía. La agencia de noticias AFP lo llama una labor de relaciones públicas para limar asperesas sobre la oración que pide por la conversión de los judíos. Según la nota, la oración formaba parte del rito latino de viernes santo, la misma fue abandonada despues del concilio vaticano II pero el Papa quizas no leyó el memo. Supuestamente Benedicto XVI la volvió a adoptar por atención a los católicos tradicionalistas pero obvio el pequeño detalle que dicha oración sobrepasaba los límites de la libertad religiosa coartando el derecho de los judíos.
En las épocas de Juan Pablo II impensable que algo así pudiera haber sucedido! él le tenía un afecto especial a los judíos y además tenía una infinita apertura al diálogo con cualquier otra religión; se puede decir que era un líder de la humanidad mientras que Benedicto XVI es líder de los católicos y sólo porque unos señores dijeron que lo era y no porque el liderato en verdad se sienta.
El Papa no ha sabido llenar los grandes zapatos que dejo su predecesor, lleva tres años en su pontificado y por lo que se ve, pasará a la historia sin pena ni gloria. La ofensa a los judíos fue grave porque fue una falta de respeto que no se daba quizas desde tiempos de la inquisición y todavía más atrás. Está bien que sea tradicionalista pero que no abuse!
El diálogo con el judaismo iniciado por Juan Pablo II se vió truncado tras la metida de pata de Benedicto XVI y ahora hará el intento de resucitarlo. Los judíos perdonan sin duda pero questiono bastante que olviden. Siempre que se escriba algo relacionado a Benedicto XVI y sus nexos con alguna religión, el incidente con el judaismo siempre será recordado y traído a colación.
Al Papa un consejo: "Entre los individuos como entre las naciones, el respeto al derecho ajeno es la paz"---Benito Júarez, presidente reformista mexicano.
jueves, 17 de abril de 2008
La insensibilidad en el Vaticano
Posted by Hanni at 12:59
Labels: benedicto xvi, conversión, Estados Unidos, Juan Pablo II, oración de judíos, papa, vaticano
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