miércoles, 16 de abril de 2008

El valor de decir NO


"NO" es una palabra de lo más simple y sencilla. Sólo tiene dos letras, no es complicada, no es rebuscada, no es larga y hasta se puede decir que es practicamente universal ya que en muchos idiomas se dice igual o si no se dice igual, tiene una ligera variación y al final todos terminamos entendiendo. El "NO" se aplica siempre a tantas cosas! y es una necesidad siempre que una u otra cosa atentan contra nosotros, un claro ejemplo la bebida. El alcohol, científicamente hablando, relaja el cuerpo, disminuye el estado de alerta y afecta al sistema nervioso haciendo no sé que otras cosas. Hablando humanamente, el alcohol al convertirse en problema genera uno de los dolores más sordos que cualquiera haya sentido.
El bebedor se absorbe en su tomadera, pero los que quedamos al margen del sujeto nos duele; nos duele verlo tomar, nos duele verlo presa de un líquido, nos duele verlo intoxicado. Si lo pensamos un vaso de alcohol es más pequeño que cualquier persona, incluso un bebé y aún así tiene efectos que pueden destruir seres humanos y familias enteras y hasta simbrar el alma de cualquiera. ¿Cómo puede una persona crear tal obsesión a algo tan pequeño? ¿cómo se puede dominar la voluntad de un hombre con un simple líquido? Yo pienso, ¿dónde está la dificultad de decidir por un sólo día decir "NO"?
Decir NO requiere de valor y agallas, porque significa dejar por un lado la psicosis y la obsesión que produce tranquilidad y felicidad y afrontar el mundo y la vida con el cuerpo limpio. El bebedor puede pensar que a nadie daña ya que el que se intoxica y pasa verguenzas es él pero lo anterior es incorrecto. ¿qué no ves que me duele verte borracho? ¿qué no ves que me duele ver que no te puedes dominar? ¿qué no ves que me duele que tú te estés matando?
Razones para el alcoholismo hay millones las cuales se entienden pero NUNCA se justificaran. Nadie dijo que la vida o los problemas eran una receta de cocina, sencilla, sin fallas y siempre con un resultado igual. Hay muchos agobios nadie dice que no, pero teniendo un soporte y un equipo familiar nada puede ser demasiado difícil para no hacer o afrontar las cosas.
Si la vida te da limones, has limonada hechale ganas, no pasa nada y por intentarlo a nadie le ha pasado nada, más que, lograr lo que uno se proponía o bien corregir el camino.
Se siente por dentro una sequedad tremenda, un dolor que no duele pero igual se siente, no te deja llorar, no te deja gritar, se hunde y pasa por tu cuerpo y te invade sin poderlo sacar. Ese es el drama que causa ver a tu sangre convertida en alchólico; ver a tu sangre acobardada; ver a tu sangre sin el valor de decir "NO".