jueves, 23 de octubre de 2008

La falta de justicia en el estacionamiento


Dígame usted, ¿qué hay más justo que aquel principio que reza "primero en tiempo primero en derecho"? desde mi punto de vista nada le gana pero ándale que no se comparte el profundo significado de esa premisa romana en el estacionamiento del trabajo.

Resulta que hay estacionamiento para empleados cortesía de la empresa, pero los lugares son pocos, los autos muchos y los espacios privilegiados (o sea cerca del edificio donde uno tiene que checar su asistencia) aún más escasos. Se ha tomado la determinación de que los jefes tengan un lugar designado en el estacionamiento de espacios priviliegiados para sus automóviles, cuestión que nos deja a nosotros los simples mortales con escasos lugares y, como es natural y obvio, somos mayoría!

Yo me pregunto con todas las prestaciones que les dan a los "jefes" (un sueldo bastante bueno, seguro de gastos médicos, carro del año (y no cualquier carro, estamos hablando de toyotas, hondas para arriba), viajes de "trabajo", capacitación y otra sarta de estupideces que ya quisiera uno tener, ¿es necesario que les den su lugar de estacionamiento?

La manera como es justa y natural que funcionen esos lugares es: quien llego temprano tiene buen lugar y quien no pues con la pena y hasta el final. ¿por ser jefe tiene derecho de llegar tarde y yo que sí llegue temprano me tengo que jorobar llendo hasta la vuelta de todo el edificio?

Opino yo que si se quería dar prioridad a estas apreciables personas se hubiera pensado en hacerles un espacio aparte y no meterlos en el general concepto de "empleados" porque si es estacionamiento de empleados entonces cualquiera que esté en la nómina tiene derecho a intentar hacerse de un lugar privilegiado. ¿no sería una exelente manera de demostrarnos a nosotros los lacayos la virtud de la puntualidad viendo el carro de nuestro jefe en los primeros lugares de estacionamiento gracias a su llegada temprano?

A uno que es mortal siempre lo joroban para hinchar a aquellos que son jefes y que desgraciadamente, la mayoría no se merece dicho cargo y no sabe que lo que significa es una gran responsabilidad y una obligación de liderazgo y lo mal interpretan como designio divino, algo así como los Luises de las Francias monárquicas.

Por aca por estas tierras reza una premisa que dice así: "El que tenga puesto que lo atienda" y aunado a lo anterior "el que se fue a la villa perdió su silla" o sease: llegue temprano y será beneficiado con un lugar porque no por ser jefe se merece un lugar dentro de un estacionamiento que es para los empelados en general sin distingos!



lunes, 20 de octubre de 2008

Chiquita


Mis queridos lectores ocasionales y rutinarios, disculpen por los días de ausencia pero la verdad es que el tiempo aunado con un poco de pereza me impedía escribirles unas líneas en este mi querido blog. Ya quitando eso del camino me dispongo a platicarles del último libro que leí titulado Chiquita.

Su autor es el cubano Antonio Orlando Rodríguez y relata la historia de una liliputiense que se fija en todo menos en su talla y hace de su vida lo que le place alcanzando finalmente sus sueños sin menguar ni una sola vez en su diminuto tamaño.

A decir verdad al principio pensé que era una novela de ficción y, aunque está ensalzada con la imaginación de su autor y de su colaborador, es una historia real de una persona real.

El libro nos enseña que en realidad no importa cuanto midas, cuanto peses o como te veas el que lucha y lucha de pronto consigue lo que quiere. Que las buenas personas vienen en distintas tallas y las malas, crueles y aprovechadas también y algo importante: "La grandeza no tiene tamaño".

Rodríguez tiene una tremenda picardía para escribir, con ese sazon cubano característico de los de aquellos lares; hace el libro muy sencillo de leer y sencillo de comprender. Plagado de detalles, si demanda del lector una buena atención a los mismos ya que alguna cuestión abordada en el capítulo tercero de pronto sale en el capítulo veinte. Las bromas son buenisimas y más de un par de veces arrancan en el lector un buen ataque de risa.

Chiquita es un libro que hay que leer se pasarán un gran momento!! LEEANNN!!!!